

Perdonad que personalice por unos instantes este análisis -en realidad homenaje-, pero debo admitir que Phantasy Star supone un punto de inflexión en mi vida como jugón, un antes y un después en los videojuegos. Hasta entonces había jugado yo sin planteamientos ulteriores a los muy populares Game&Watch o a imperecederos títulos de NES, de MSX o de Spectrum. Incluso antes había disfrutado de la Atari 2600, y de los mismísimos PONG o PAC-MAN.

Con el tiempo he aprendido a ampliar el campo de miras, he tratado de entender qué hace de un videojuego arte. Pero fue Phantasy Star el título que me abrió los ojos. No os quiero aburrir con los detalles sobre el cúmulo de casualidades que lo trajeron hasta mis manos, pero debo decir que agradezco de corazón a la diosa Fortuna que desencadenara esos acontecimientos fortuitos…
Phantasy Star comienza con un planteamiento "starwarsiano": el asesinato de un relevante miembro de la rebelión contra el malvado rey Lassic que, antes de morir, da un último mensaje a su hermana Alis. Ella se compromete a no fallarle, prometiéndole que su muerte no será en vano.
Con este arranque se pondría en marcha el desarrollo de juego que hoy es tan habitual en los jRPG. Alis iniciaba su andadura en el pueblo de Camineet, sin prácticamente dinero -mesetas-, sin armas efectivas y sin experiencia en la batalla. Allí aprendería a interactuar con los autóctonos para obtener información, a salir al campo en busca de combates por turnos que la fortalecieran, a comprar objetos o equipar armas, y a explorar peligrosas mazmorras repletas de secretos. Todo ello servido desde una bellísima y muy colorida perspectiva cenital, que sólo cambiaría a vista en primera persona en determinadas circunstancias, tales como combates, conversaciones, o al entrar en tiendas y casas.
Mención especial merecen los impactantes y rompedores "dungeons", ya que al entrar en ellos se pasaba a una primitiva perspectiva en 3D muy fluida -no fija como sí ocurría en el caso del mítico Dungeon Master para PC aunque gráficamente mucho más simple-, que permitía giros prefijados de 90º. Todavía conservo los complejos mapas realizados sobre papel para no perderme en esos intrincados laberintos.

Sentiríamos que tomábamos decisiones relevantes, durante el combate, al elegir un destino, al optar por huir de una situación peligrosa, al abrir un cofre, o abandonarlo por miedo a encontrar en él una trampa. Al entrar en una mazmorra, o al girar a un lado o a otro en una de sus innumerables bifurcaciones.

Y es que Phantasy Star tuvo la capacidad de introducirnos en un mundo nuevo que mezclaba de forma coherente magia y medievo con elementos de ciencia ficción. Supo empapar y remover en él al jugador hasta identificarlo con los protagonistas, hasta hacerle sentir que compartía con ellos una larga aventura que trascendía la pantalla y en la que se hablaba de venganza y de amistad, de miedo, honor y héroes. Con pocas palabras, con relativo contenido, pero con una intensidad absolutamente desconocida para quienes jugábamos a videojuegos en aquellos lejanos días. Y aunque quisimos explorar todos los rincones del sistema Algol y descubrir todos sus secretos, comprendimos entristecidos que toda epopeya debe acabar, que toda buena historia tiene un final que hay que saber abandonar al capricho de la memoria.

No puedo cerrar este breve pero sincero homenaje al clásico sin dejar de recordaros que a día de hoy podéis recuperar esta joya gracias a la consola virtual de Wii. Quienes tengáis más suerte y sepáis japonés no deberíais dejar de comprar el remake para PS2 que lanzó SEGA hace cinco años en su colección SEGA AGES, con gráficos actualizados, voces y audio muy mejorado.

Sin duda será un auténtico caramelo para los paladares más nostálgicos, acostumbrados a los sabores fuertes.
Espero leer vuestros comentarios, apreciaciones y correcciones. Un saludo a to2!