



Los tiempos de carga para cada fase quedan disimulados por escenas introductorias en forma de viñetas interactivas que nos presentan la situación, pero en cuanto Blob salta de la alcantarilla que llega a la ciudad, sabemos que ya no habrá que esperar más. Toda la fase, en la que podemos pasarnos bastante más de una hora, no sufrirá más demoras de carga. Este es un factor esencial, porque así la urbe se convierte en un todo, dando una imponente sensación de inmensidad. Lamentablemente, y para potenciar esta sensación, los desarrolladores han optado por no dejarnos guardar partida mientras estamos jugando una fase. Así pues planificad bien la tarde, y pensad que os puede llevar casi dos horas completar al 100% los niveles más complejos. En más de una ocasión he tenido que dejar la consola unas cuantas horas con la partida en pausa, para retomarla tiempo después tras un encuentro no programado con los amigos. No estaba dispuesto a apagar la consola y perder todo lo conseguido en una hora y pico de juego…


A los grisianos los encontraremos sólo cuando pintemos un conjunto muy concreto de edificios, entonces se nos dará aviso de su liberación y tendremos que darles color de nuevo para convertirlos en alegres y bailarines radiantinos. Recibiremos así 60 segundos de tiempo extra. Los desafíos, que deben cumplirse en un tiempo limitado, son de diferentes tipos, y en función de sus características los presentará uno u otro miembro de Color Clandestino. Los hay de habilidad y velocidad, en otros se nos exigirá que pintemos de diversos colores algunos edificios, a veces se nos pedirá que eliminemos a enemigos, y en otras ocasiones se nos plantearán tareas más específicas. No todos los desafíos están disponibles al inicio de la fase, y algunos se desbloquerán sólo si superamos otros con anterioridad.

Para efectuar determinadas tareas se nos pedirán cantidades de color muy concretas. Algunos enemigos, por ejemplo, sólo podrán ser eliminados si Blob es de un color determinado y otros le supondrán un coste de 1, 4, 10 o hasta 50 puntos de pintura que perderemos cuando les ataquemos. Si entonces somos contaminados por la tinta tóxica de otro agente enemigo y nuestro nivel de pintura es muy bajo, difícilmente tendremos tiempo de alcanzar esas aguas salvadoras antes de que el contador llegue a 0. Debemos tener en cuenta que nuestro número de vidas es limitado, y si las consumimos todas tendremos que empezar desde cero la fase entera. Os puedo asegurar que no querréis que eso ocurra, porque pintar por completo algunas fases puede llevar bastante más de una hora.

Para guiar en cierta medida el juego, al inicio de fase y en algunos desafíos se nos describen ciertos aspectos fundamentales del escenario, al tiempo que la cámara se desplaza en largos travelings que nos dan pistas sobre lo que debemos hacer a continuación. De igual modo, también facilita la orientación del jugador el hecho de que cada fase se subdivida en diversas áreas bloqueadas por compuertas que sólo se abrirán cuando hayamos conseguido cierta cantidad de puntos. Estos puntos nada tienen que ver con los puntos de pintado, y se obtienen realizando tareas diversas -como las comentadas anteriormente- pero sobre todo dando color a la ciudad, pintando manzanas del mismo tono, o manchando de diferentes colores a los edificios que las conforman. Alcanzado ese objetivo, podremos abrir la compuerta, hacernos con 180 segundos de tiempo extra y acceder a nuevas zonas, hasta llegar a la meta.
Cuando finalicemos la fase, dependiendo de los puntos acumulados y el tiempo empleado para completarla, se nos recompensará con una medalla de bronce, plata u oro. También podremos recibir 10 premios diferentes, en caso de que hayamos alcanzado ciertos objetivos. Estos premios son los que dan una rejugabilidad esencial a de Blob, ya que superar las fases es relativamente sencillo, pero hacerse con todos los premios es harina de otro costal, y exigirá dedicación, exploración, habilidad y estrategia. Obviar la obtención de estos premios es dejar a medias el juego, y no podrás decir que lo has acabado hasta hacerte con todos ellos. Algunos premios se obtienen cuando pintamos el 100% de la ciudad, o cuando coloreamos todos sus árboles o las vallas publicitarias, cuando rescatamos a todos los radiantinos o si finalizamos la fase en un tiempo determinado…

Al acabar cada fase también desbloquearemos extras -vídeos, diseños artísticos o melodías- así como dos breves fases, similares a los desafíos, pero algo más complejas. Viendo lo divertidas que resultan (hay que conseguir ciertos objetivos y superarlas en un tiempo determinado), uno se lamenta de que los programadores no hayan incorporado más fases de este tipo a lo largo del juego.
Así pues, la duración del título es más que notable. En este sentido le ocurre como a Wario Land: The Shake Dimension. Llegar al final no llevará más que un puñado de horas, pero conseguir todos los premios y las medallas de oro puede llevar mucho tiempo. No hacerlo sería desaprovechar el juego.

Como ente viscoso que es, Blob también puede deslizarse sobre las paredes durante unos segundos, aunque no podrá ascender por ellas (comprender este punto es fundamental para pillarle el "truco" al juego). El botón B se utiliza para detener el salto o para despegarse de las paredes y presionando el botón Z, al más puro estilo Zelda, fijaremos ciertos objetivos -tales como enemigos- sobre los que Blob podrá echarse encima a golpe de wiimote. Éste es con toda probabilidad el punto menos conseguido del juego, ya que ante situaciones en las que nos encontremos rodeados de enemigos y objetos, en ocasiones la azarosa selección del objetivo nos dará más de un problema. No es grave, pero tampoco es algo que pase inadvertido.
El botón + pausa el juego y nos permite conocer el progreso de nuestra misión, y el control de la cámara queda relegado a la cruceta y al botón C (que la centra). Es muy recomendable ajustar los parámetros de la cámara en el menú de opciones, para que podáis graduar a vuestro gusto su control. Yo tuve que hacerlo, ya que al principio me resultaba muy lenta. También invertí los controles. En cuanto hice eso todo funcionó como la seda.

Antes de finalizar, me parece importante mencionar que de Blob ofrece también una interesante -aunque no tan excelente- opción multijugador. Su naturaleza es sin duda la de un juego individual, pero se agradece la adición de dicha posibilidad. Hasta cuatro jugadores pueden competir entre ellos por llenar de color la ciudad, en tres tipos de juego con diferentes reglas. Sin embargo, esta modalidad competitiva no resulta tan satisfactoria y queda reducida a un simpático extra que podremos tener en cuenta pero que difícilmente robará horas al juego principal. La implementación de funciones on line también podría haber resultado interesante, especialmente a la hora de compartir los mejores tiempos en la resolución de las fases secundarias.

Wii fue concebida para albergar títulos como éste, aptos para toda la familia, diferentes, simples y adictivos. De Blob es un juego imprescindible, fantástico en todos los sentidos de la palabra, al que muy probablemente sólo se le haga justicia con el paso de los años, cuando su originalidad brille como un faro luminoso, como un referente de imaginación y artesanía que salpicó de color a la cada vez más gris industria del videojuego.
